Talleres cayó 1 – 0 frente a Los Andes, en el Estadio Eduardo Gallardón, y se marchó hacia Escalada, con la clara convicción que el árbitro Sebastián Bresba, le robó lo que al menos, debió haber sido un empate en el clásico. Los de Lomas, ganaban 1 – 0 desde los veintiún minutos del primer tiempo, con un gol de penal convertido por Alejandro Noriega; sobre el cierre de la primera parte, el árbitro omitió cobrar un penal sobre Alan Seguel; y en el segundo tiempo, Ángel Prudencio ganó lícitamente en el área y marcó de cabeza, el gol que le hubiese dado el empate al Tallarín, pero Sebastián Bresba inventó una falta de Alan Seguel sobre el arquero Daniel Monllor, que nunca existió y lo anuló. Inconcebible e impúdica la tarea del cuarteto arbitral. Pese a ellos, Talleres volvió a mostrar un flojo nivel en la primera parte, sigue teniendo problemas para logar solidez y volumen de juego fluido, y las lesiones siguen condicionado. Además, vergonzosamente, el micro que trasladaba al plantel fue apedreado por hinchas locales, a dos cuadras del estadio, y sufrió rotura de vidrios, cuando regresaba hacia Escalada.
El árbitro, descarradamente, anula este gol a partir de una inexistente falta de Alan Seguel.