Talleres igualó 0 – 0 ante Central Córdoba (Rosario) en la revancha de la final del Torneo Reducido, y ascendió a la Primera B Metropolitana, al quedarse con un victoria 1 – 0 en el tanteador global de los ciento ochenta minutos, tras haber derrotado al Charrúa 1 – 0 en Rosario, en el primer chico. El equipo de Escalada abandona la Primera C luego de seis años y medio, dejando atrás la etapa más oscura de su vida futbolística, donde estuvo sumergido en una categoría en la que había estado antes una sola temporada. Los jugadores conducidos por Cristian Aldirico jugaron las finales con la entereza propia de los grandes y se bañaron en la gloria de un campeón, y celebraron ante más de diez mil personas que coparon el Templo. ¡Dale Rojo corazón, que te quiero ver campeón!
Así celebró el plantel campeón en su Templo.
El Albirrojo aprovechó el triunfo obtenido como visitante y se quedó con el segundo ascenso por el Torneo Reducido. En un estadio repleto, en el que festejó el hincha, la familia, el socio y todo el pueblo de Escalada, Talleres se sacó la espina de veintisiete años sin un ascenso, y el desahogo fue total. El Tallarín, regresó a la Primera B Metropolitana y le dijo adiós a la Primera C. ¡Prepárense porque volvimos! gritaba su gente.
El partido, fue digno de una final de ascenso. El nerviosismo reinaba en ambos equipos. Talleres no quería desprotegerse atrás y poner el peligro la ventaja obtenida en Rosario. Central Córdoba, por su parte, tampoco arriesgaba demasiado, intentando que el local no aumente la diferencia del marcador global. Pocas situaciones existieron en la primera mitad. El elenco de Cristian Aldirico, salió con más ímpetu los primeros minutos, pero solo le llevó peligro al arco de Juan Cruz Leguizamón con un rebote en la humanidad de Emanuel Ibáñez, que casi se le mete al uno visitante.
EL Charrúa, se despertó en el cierre de la primera etapa, y tuvo la más clara de los primeros cuarenta y cinco minutos en los pies de Juan Fernández, que quiso definir por encima de Alejandro Granero, pero “Benji”, decisivo en ambas finales, adivinó la intención.
El complemento tuvo un condimento extra que fue el viento arremolinado que complicaba a los dos equipos.
El Albirrojo, intentó aprovechar el arranque del segundo tiempo y tuvo la chance de liquidar la final, en algún desborde de Eloy Pereira, y remates lejanos de Marcos Giménez y Joan Gaona. Sin embargo, con el paso de los minutos, Talleres comenzó a retroceder varios metros y le permitió a Central Córdoba adueñarse de la pelota. Pero los rosarinos, tampoco sabían qué hacer y no tuvieron demasiadas ideas para doblegar a la defensa del Tallarín.
Sin embargo, y a los ponchazos; los dirigidos por Ariel Cuffaro Russo, tuvieron dos situaciones claras para empardar la serie. Un remate lejano de Juan Fernández, que buscaba ángulo, pero Alejandro Granero volvió a responder con creces. La más clara, la tuvo Ricardo Morerira, que se encontró con la pelota en el área chica y definió cruzado, cuando el arquero local ya estaba vencido. Pero vaya a saber uno gracias a quién, el remate salió apenas desviado y el Templo volvió a respirar.
Lucas Di Bastiano indicó el final del partido y la ciudad de Remedios de Escalada completa celebró el regreso a la tercera división del Fútbol Argentino del viejo y glorioso. Sufrió, costó y se luchó; pero el tan ansiado ascenso llegó merecidamente para el equipo de Cristian Aldirico, que siempre buscó el arco contrario.
Las lágrimas y las canciones se entremezclaban en las tribunas. Algunos recordando los ascenso de 1970,1978, 1983, 1986/87 y 1987/88. Los más jóvenes, que vieron por primera vez un ascenso y sintieron el orgullo de pertenecer a esta gran familia Albirroja. Y otros, se lo dedicaban a los que lo miran desde el cielo, que bajaron para esta ocasión y seguirán estando por el Templo, como seguramente estuvieron aquí abajo cuando Dock Sud, en la Semifinal de vuelta, desperdició la posibilidad de marcar un gol inentendible.
Los festejos fueron en total armonía, cada hincha preservó su lugar y se dio el gusto de ovacionar a jugadores y cuerpo técnico. Después que el plantel ingresó al vestuario, se abrieron las puertas y la gente pudo disfrutar dentro del campo, donde hacía minutos, Talleres había cerrado una página más en su gloriosa historia. Los jugadores no se quisieron diferenciar de los hinchas y salieron de vuelta a la cancha con una remera que rezaba: “Chau C. Para nunca más volver” ¡Que así sea, glorioso Talleres!
Al cabo de la cuenta de esta temporada 2015, los jugadores de Talleres aceptaron la injusticia (de no ser campeón directo, a manos de otro que ganó esa carrera, cuando el Tallarín había sido el de mejor nivel), porque todo se equilibró al final.
¡Felicidades Campeón!
SÍNTESIS
TALLERES 0
Alejandro Granero; Eloy Pereira, Enzo Baglivo, José Banegas y Sebastián Prieto; Joan Gaona (86’ Alan Mareco), Emanuel Ibañez, Luis Funes y Marcos Giménez (77’ Martín Civit); Gastón Corado y Eduardo Berón (70’ Mariano Romero).
Suplentes: Sebastián Vrlica, Matías De León, Jonathan Recchia y Yoel Arce.
DT: Cristian Aldirico.
CENTRAL CORDOBA 0
Juan Cruz Leguizamón; Cristian Vella, Cristian Cuffaro Russo, Gerardo Pérez y Ricardo Moreira; Cristian Sánchez (75’ Sebastián Piccardo), Brian Meza (63’ Marcelo Zaen), Renzo Funes y Lucas Moya; Fernando Resler y Juan Fernández (75’ Ezequiel Amilivia).
Suplentes: Leonel Poropat, Nahuel Paglialunga, Guido Gardeano y Bruno Zabala.
DT: Ariel Cuffaro Russo.
Amonestados: Joan Gaona, José Banegas, Enzo Baglivo y Sebastián Prieto (T); Lucas Moya (CC).
Arbitro: Lucas Di Bastiano (Mal).
Asistentes: Gerardo Carretero y Nicolas Bravo.
Cuarto Árbitro: José Carreras.
Estadio: Talleres (Excelente).
Público: 10.000 personas.
Recaudación: No fue suministrada.
Los jugadores de Talleres dieron la vuelta olímpica en el Templo, como buen campeón.
El Templo repleto, en su mejor tiempo. ¡Valió la pena el trabajo de la Subcomisión de Estadio!