El Tallarín, igualó 0 – 0 contra Los Andes, en el Estadio Eduardo Gallardón, en Lomas de Zamora, en esta nueva edición que se jugó de uno de los clásicos del Sur el Gran Buenos Aires, en la noche del Martes, por la 5º fecha del Torneo Clausura 2022 de la Primera B. Con pocas acciones destacadas y atractivas, Talleres mostró mejores intenciones y mayor profundidad, en la primera parte. Sin embargo, esa superioridad que mostró en el juego, no logró traducirlo en situaciones de gol nítidas. Aunque justo antes del cierre del primer tiempo, el árbitro Javier Delbarba perjudicó a los de Escalada, no sancionando un penal en una jugada, en la que el arquero Leonardo Romero tumbó con sus brazos hacia el suelo al delantero Franco Pulicastro, cuando éste había quedado mano a mano, para la definición. En el complemento, el Milrayitas equilibró el trámite; y la visita, no tuvo claridad para poder fabricar acciones de gol. Los Andes, a medida que el ambiente era cada vez más tenso, se fue conformando con un empate, que no le sirvió para dejar el último lugar de la Tabla General. Talleres, tampoco encontró la fórmula para resolverlo y quedarse con las tres unidades, repitiendo la historia del Torneo Apertura, cuando no se sacaron ventajas en Escalada. Con esta unidad, el elenco de Norberto D’Angelo volvió a meterse entre los líderes, junto a Ituzaingó, UAI Urquiza, Defensores Unidos y Colegiales, que también mandan con 9 puntos. Y precisamente, el Albirrojo deberá pensar ahora en el duelo directo ante uno de los punteros, Ituzaingó, que se jugará el Domingo en el Pablo Comelli, con las bajas de Marco Lambert y Fernando Enrique, quienes acaban de llegar a la quinta amarilla.
Foto Prensa C. A. Talleres. Franco Pulicastro, intenta superar a Nicolás Digiano.
Un clásico sin lujos ni brillo. Y un resultado sin emociones. El 0 – 0 con el que culminó el marcador, en el duelo entre dos barrios del Sur del Gran Buenos Aires, como el que protagonizaron Talleres y Los Andes, en Lomas de Zamora, en la noche del Martes, fue un reflejo de la producción pareja, discreta y con pocas luces, de ambos elencos.
No supieron como lastimar al rival. No pudieron. Aunque en el fragor de la batalla, el que estuvo más cerca de poder encontrar el camino del triunfo, fue el conjunto de Remedios de Escalada. De todos modos, y pese a haber administrado más y mejor la pelota en la primera parte, no alcanzó a generar acciones contundente en ataque, para quebrar el cero. Claro que, otro erro del encargado de administrar (in)justicia, Javier Delbarba, le quitó la posibilidad, de haber intentado romper la hegemonía del cero, a partir de un remate desde el punto del penal.
El clásico en el arranque, encontraba a dos equipos, con realidades bien distintas. El local, con toda la presión acuestas, por encontrarse en el último lugar; en zona de descenso directo y con un nivel futbolístico de lo más flojo en muchísimos años. En contraste, la visita, si bien no ha sido el protagonista deseado, a fuerza de dos victorias en casa, y otras dos igualdades fuera de su propio ecosistema, tenías expectativas para volver a la punta y hasta quedarse con ella, en soledad.
No había pasado demasiado, cuando ambos aún estaban midiéndose desde lo táctico, y la primera de la tarde, fue para Talleres. A los ocho minutos, tras un mal despeje en el fondo de Los Andes, cuando resolvió con un cabezazo impreciso Matías Presentado, la pelota le cayó a Fernando Enrique, que con un pase atrás, asistió a Lucas Farías, en la puerta del área. El delantero Albirrojo, remató de primera, al palo izquierdo de Leonardo Romero. Pero el arquero, dejó un rebote que continuó con un rechazo de Nicolás Digiano, aunque se quedó corto con su envió. Muy concentrado, se anticipó Patricio Romero, para desbordar y tirar un centro a centímetros de la línea de fondo, que no encontró a ningún destino.
Los de Escalada, empezaban a mostrar presencia en ataque. Por ello, a los diez minutos, entre despejes y fallas en el fondo de Los Andes, la pelota le cayó a Ángel Gómez y éste, metió un pase horizontal. En la puerta del área, Franco “el Tren” Pulicastro se perfiló de cara el arco; y Nicolás Monserrat, hizo una cortina de espaldas a la valla y la defensa del oponente, y abrió con sutileza, la pelota a la izquierda, donde se encontraba Lucas Farías. El ex San Telmo, remató de primera, al palo derecho, exigiendo al arquero Leonardo Romero, quien respondió desviándola al tiro de esquina.
En ese primer cuarto de partido, la visita ofrecía un mejor semblante, en el manejo del balón e intensiones ofensivas.
A los veinte minutos, Fernando Enrique recibió dentro del área, un pase de Luis Monge desde el costado derecho, y se las ingenió para tirar un centro, que conectó débilmente Ángel Gómez y la bola, rebotó en la pierna de Leandro Lugarzo. En la reconstrucción de la maniobra ofensiva, en tres cuarto de cancha y de espaldas a la calle Portela, Luis Monge jugó con Fernando Enrique hacia la derecha. Y el mediocampista inductor del juego otra vez, enganchó, desbordó y tiró en centro a la altura del punto del penal. Allí, rechazó Facundo Ardiles con poca fuerza, y el balón le quedó servido a Lucas Farías, que remató de primera. Como pudo, se interpuso el mismo marcador lateral, para obturar el recorrido y salvar a Los Andes.
Se había jugado ya más de media hora en Lomas, y el equipo de Guillermo Szeszurak, no controlaba las acciones. Especulaba con algunas caídas, para enfriar el partido, fiel al manual que siempre utiliza su Entrenador, para superar los momentos complicados durante el partido. Gastón Ada, buscaba salida por la izquierda de su ofensiva, pero no era profundo.
Recién en treinta y ocho minutos, despertó Los Andes. Iván Arbello, ganó en una pelota dividida en la mitad de cancha, y aprovechó para poner a correr a Jonathan Moran por la izquierda, con una pelota bombeada. El goleador, la dejó picar y sacó un fuerte zurdazo en el aire, que llegó sin fuerza a las manos de Mauro Casoli. La controle en dos tiempos, sin problemas el arquero, que dio respuestas firmes durante toda la noche, sin que le pesara su primer clásico.
Sobre el cierre del primer tiempo, llegó un nuevo capítulo de la miniserie que viene protagonizando Talleres, bautizada como “Los penales no cobrados”, basada en grotescas y torpes (en el caso más noble), errores arbitrales que lo privan de gozar de los beneficios de la pena máxima. A los cuarenta y seis minutos, Nicolás Monserrat guapeó en ataque y se llevo por delante a todos, emulando a aquellos grandes marcadores centrales. Lucas Farías, casi en el suelo, llegó a habilitar a Franco Pulicastro, quien logró puntear la pelota ante la salida de Leonardo Romero. Sin embargo, el arquero de Los Andes salió a cortar abajo al atacante, y alcanzó a derribarlo con sus manos que impactaron sobre el pie derecho, cometiéndole un claro penal que sólo el árbitro Javier Delbarba, no se animó a sancionar. De manera insólita, el Juez entendió que no hubo falta. Entonces, le impidió a Talleres, la posibilidad de capitalizar desde la pena máxima.
Este final con polémica y suspicacia, despertó con el pitazo de cierre del primer tiempo, una catarata de reclamos de los visitante, que ya vienen siendo perjudicados obscenamente por los arbitrajes, en los últimos dos meses. Mientras tanto, el público local, insultaba a sus propios jugadores; y les hacía llegar un exigente y determinante mensaje, para el complemento.
Luego de aquella tensión previa al descanso, arrancó el complemento con más serenidad. Y la producción de los elencos, tuvo menor ritmo. El partido, perdió aceleración y vértigo, y jamás lo recuperó en la fría jornada.
Durante esos primeros quince minutos del segundo tiempo, pasó poco y nada. Guillermo Szeszurak, que no quería perder, mandó a la cancha a Luis Pérez por Iván Arbello, para renovar y equilibrar el trabajo en su mediocampo.
Allá por los dieciocho minutos, el Milrayitas tuvo un tiro libre a veinticinco metros del arco, en línea recta al mismo. El encargado, fue Gastón Ada, que probó con remate al arco. Pero la pelota, desvió su trayectoria en el camino, luego de impactar en Nicolás Digiano. Y cayó en la puerta del área chica. Velozmente, salió rápido Mauro Casoli para interceptarla, cuando también iba en búsqueda Rodrigo Trejo. En ese momento, se produjo un choque fuerte entre ambos jugadores. El conjunto de Lomas, había arrimado peligro por primera vez en esta etapa final.
Más allá de algunas jugadas aisladas, el duelo carecía de volumen de juego y determinaciones punzantes, que permitiesen destacar a uno de los dos como meritorio del triunfo. Con roce; fricción; y algunas sobreactuaciones por el lado de los dueños de casa, la pelota circulaba poro y nada por el verde césped.
En tanto, Talleres intentaba moverse con tres hombres en ataque, sumando en algún pasaje a Luis Monge como extremo por la derecha, y Lucas Farías era una amenaza individual, intentando ganar por la otra banda, en un campo de amplias dimensiones.
Pero la circulación del esférico no era fluida. El clásico se iba desinflando al compás de la agujas del reloj, y los protagonistas parecían asimilar la idea que el empate, no era mal negocio para ninguno de ellos.
En el último segmento de la noche de Lomas, la más atractiva fue propiedad de Talleres. El conteo de minutos, atravesaba ya los treinta y cuatro minutos, cuando asomó una buena proyección de Marco Lambert, que como una topadora, se llevó todo puesto en el camino y abrió a la izquierda, para Lucas Farías. El delantero y goleador de los de Escalada, enganchó para adentro y remató. Sin mayor peligro, la pelota se marchó cerca del palo derecho de Leonardo Romero.
Esa acción, sería una de las últimas de Lucas Farías, uno de los puntos más destacados en el equipo Albirrojo, que fue reemplazado por Jonatan Benedetti, cinco minutos después. Producida la variante, el goleador en la temporada, le reprochó abiertamente al Entrenador Norberto D’Angelo, la decisión de haberlo sacado de la cancha antes del final del pleito.
El partido se fue consumiendo y el final, entregó el reparto de puntos como premio y castigo para dos elencos, que pese a haber sumado, no alcanzaron a satisfacer sus necesidades más extremas.
Los Andes, con este empate, sigue último en la Tabla General, y achicó solo un punto la distancia que lo separa de San Miguel, ante el reproche furioso de su gente, que presagia un final dramático en la disputa por la permanencia. Asimismo, Talleres se quedó también con una sola unidad, que si bien le permitió regresar a la punta y sumarse al quinteto de los líderes, y dejó escapar otras dos, frente al rival más flojo de la Temporada, que lo hubiesen propulsado, a la punta en soledad. Por otra parte, sumó un año más, sin poder volver a la victoria en el Estadio Eduardo Gallardón.
Ahora, los dirigidos por Norberto D’Angelo tendrán que preparar en esta semana más corta de lo habitual, todas sus energías en el durísimo duelo del Domingo ante Ituzaingó, sabiendo que tendrá que realizar modificaciones en el once inicial, a partir de las suspensiones de Marco Lambert y Fernando Enrique, que llegaron a la quinta amarilla y no podrán estar ante el León. En este sentido, si bien la agenda propone un compromiso muy cercando, frente al rival más regular del año -que también manda en el certamen-, es mejor planificarlo desde la punta del Torneo Clausura.
SISTESIS:
LOS ANDES 0
Leonardo Romero; Facundo Ardiles, Leandro Lugarzo, Matías Presentado y Nicolás Digiano; Iván Arbello (56’ Luis Pérez), Mateo Ramírez, Gabriel Moreno (42’ Agustín Mansilla) (83’ Pablo Cortizo) y Gastón Ada (83’ Tobías Mercado Rusch); Jonathan Morán y Rodrigo Trejo (83’ Nazareno Pompei).
Suplentes: Lucas Di Grazia y Luciano Vargas.
DT: Guillermo Szeszurak.
TALLERES 0
Mauro Casoli; Patricio Romero, Cristián Godoy, Nicolás Monserrat y Marco Lambert; Luis Monge, Norberto Palmieri, Ángel Gómez (62’ Diogo Guzmán); Fernando Enrique; Franco Pulicastro y Lucas Farías (84’ Jonatan Benedetti).
Suplentes: Agustín Mengua, Federico Peralta, Sebastián Gallardo, Alejandro Aranda y Matías Sosa.
DT: Norberto D’Angelo.
Amonestados: Facundo Ardiles y Mateo Ramírez (LA); Marco Lambert, Fernando Enrique y Jonatan Benedetti (T).
Estadio: Los Andes (Muy Buena).
Árbitro: Javier Delbarba (Mal).
Asistentes: José Mendoza y Cristian Colonesse.
Cuarto Árbitro: Rodrigo Pafundi.
Recaudación: No fue suministrada.
Público: 3.500 personas aproximadamente.