El Albirrojo perdió 0 – 1 frente a Armenio, con un gol que le convirtió Pio Bonacci de penal, a los veinte minutos de la primera parte, en el Estadio Pablo Comelli, esta Sábado por la tarde, y acumuló su cuarta derrota en el Torneo Apertura. El equipo de la colectividad, sacó ventaja en el marcador, a partir de una cuestionada decisión del árbitro José Carreras, que sancionó la pena máxima luego de un agarrón de Cristian Godoy a Nicolás Giovagnoli, cuando el defensor Tallarín venía tomando al mediocampista en la puerta del área y el jugador del Tricolor, se las ingenió para dejarse caer en el área y obtuvo el beneficio del disparo desde el punto del penal. El equipo de Fabián Lisa, no jugó un buen partido. Tuvo muchas dificultades para proponer su juego y fue repetitivo, ante un Armenio que se impuso, ganó en la mayoría de las divididas y controló el partido. El árbitro, cumplió con una labor bastante parcial, en favor de la visita. No obstante, Talleres tuvo algunas chances aisladas, aunque careció de efectividad y criterio. Cuando lleva disputados más de la mitad de los partidos que contempla el Torneo Apertura en su fixture, el conjunto de Escalada sufrió una cuarta caída, sigue muy lejos de la punta y tiene mucho por mejorar en su performance.
Foto Mono Gómez. El Tallarín, volvió a dar un paso en falso, como local.
Una nueva derrota para Talleres. Cayó 0 – 1 ante el Deportivo Armenio, el único invicto que tiene el certamen, en Remedios de Escalada, este Sábado por la tarde, y resignó tres puntos más. Mientras, sigue lejísimos de poder ser protagonista en el Torneo Apertura y meterse en la disputa con los de arriba.
Una de esos partidos perdidos, en el que más allá de discutir las cualidades del rival y sus méritos; y las decisiones del árbitro y su tendencia a pitar en favor de la vista, debe analizarse por encima de ello, la actuación del propio Talleres, que ofreció una pálida imagen y poco caudal de juego, para imponerse en el trámite.
En el amanecer del partido, a los dos minutos de juego llegó la primera, para Talleres. Tomó la pelota Fernando Enrique, en el vértice del área por el sector derecho, haciendo dos jueguitos; envió un centro de espaldas al arco, y controló Franco Pulicastro, adentro del área y de pecho, y ensayó una buena chilena, que le cayó a las manos al arquero Lautaro Petruchi.
Más allá de acción, en ese primer cuarto de hora, el Albirrojo no podía controlar la pelota y construir el juego en base a la idea de su Entrenador. Armenio, con mucho orden táctico y buena aptitud para recuperar, empezó a manejar el partido, con el soporte de Nahuel Sica, en la mitad del terreno. Era más conciso y tenía mayor criterio, para jugar en el campo contrario.
Poco había pasado en el encuentro, cuando a los diecinueve minutos, llegó la polémica en la tarde en Escalada. Un buen pase de Nicolás Sánchez, desde el círculo central de la cancha, para Nicolás Giovagnoli, que le ganó en velocidad a Cristián Godoy y Patricio Romero. En esta rápida acción, Cristián Godoy, lo tomó de la camiseta al hombre del Tricolor, afuera del área, para que no pueda definir. Y el jugador rival, se tiró astutamente adentro del área. José Carreras, el árbitro, no dudó y cobró la pena máxima. Pese a todos los reclamos del los jugadores del Albirrojo, que consideraban que no fue penal, el Tricolor tuvo su cancha a partir de ese recurso, y no la desperdició.
Un minuto más tarde, el encargado del penal, fue Pío Bonacci, y cambio el remate por gol. Ejecutó cruzado, al palo derecho de Mauro Casoli, que se la jugó hacia el palo el izquierdo. Con la complicidad del poste, la pelota pegó primero en ese mismo; y terminó ingresando, pegado al otro. Así, llegó el primero y único gol de la tarde, y Armenio estaba en ventaja 1 – 0, a los veinte minutos.
Dos minutos más tarde, en la reacción inmediata, se vio la más clara de Talleres. A los veintidós minutos, tiro de esquina ejecutado por Fernando Enrique; la bajó de cabeza Lucas Farías y entro completamente solo Franco Pulicastro, que remató con el pecho, en el área chica e insólitamente, se perdió una oportunidad inmejorable el delantero Tallarín. El arquero, Lautaro Petruchi, metió un manotazo providencial, que alcanzó para desviar la trayectoria de la bola.
Sin embargo, el elenco de Fabián Lisa, continúo teniendo problemas para ejercer el control de las acciones. Los dirigidos por Mario Gómez, se sentían más cómodos con el resultado, y tocaban rápido para no enredarse.
A los veinticuatro minutos, Nahuel Sica desbordó por el sector derecho, como un extremo más, y envió un centro al segundo palo, cuando llegaba solo Nicolás Giovagnoli, que no pudo conectar su remate. Daba la impresión, que la visita podía aumentar la cuenta.
En una de las últimas interesante del primer tiempo, el Albirrojo ganó un lateral por derecha y Fernando Enrique habilitó a Fabián Monserrat, quien le devolvió la pelota a su experimentado compañero. Y el propio Fernando Enrique, buscó con un centro que rechazaron en el fondo visitante. Pero la pelota le cayó a Alejandro Aranda, que enganchó para adentro y sacó el remate al palo izquierdo de Lautaro Petruchi. Pasó cerca la pelota, de ese primer palo.
En los últimos diez minutos de la primera parte, el encuentro se fue desinflando, en cuanto a ritmo y volumen de juego. Talleres, no podía encontrar un circuito de pases, que le permitiese conectarse con sus tres atacantes. Las imprecisiones y la falta de criterio para moverse y encontrar los puntos flacos del rival, daban cuenta que no era una buena tarde para los de Escalada.
La última de la etapa inicial, se produjo a los cuarenta y seis minutos. Un lateral de Patricio Romero hacia Fabián Monserrat. Éste mismo, en la que iba a ser su última intervención del partido, envió un centro al área, que encontró como respuesta, una mala salida de Lautaro Petruchi. Y nuevamente, Franco Pulicastro tuvo su chance, pero cabeceó obstruido por el arquero. La pelota, pasó apenas por arriba del travesaño.
Molesto con el rendimiento de su equipo en la primera parte, Fabián Lisa mandó a la cancha desde el arranque del complemento, a Luciano Arcuri, para que jugase a la altura del carril central. Así, soltó además a los dos laterales hasta la mitad de cancha; y cubrió el sector defensivo, con Norberto Palmieri, como un marcador central más, en el andarivel principal.
El local, mostraba mayor ímpetu a la hora de ir en búsqueda del arco contrario. Sin embargo, no tenía claridad. Ofrecía movimientos repetidos, y pocas alternativas para recurrir a otra fórmula, que no fuesen los centros fabricados con la pelota dominada, a la altura de la puerta del área grande.
En ese segundo tiempo, la primera situación de riesgo real, llegó a los veinte minutos. Asomó un pelotazo de Nicolás Malvacio, que controló muy bien Franco Pulicastro. El centro delantero, dio una media vuelta y lo habilitó a Lucas Farías, con un pase bombeado. Luego de la recepción de aquel pase, Lucas Farías remató de volea al palo izquierdo de Lautaro Petruchi, quien controló sin firmeza; la pelota, se le escapó por un costado de su cuerpo y casi se mete en el arco. No obstante, como pudo, terminó adueñándose del esférico con una mano, a escasos centímetros de la línea de gol.
A los veintidós minutos, en lo ya era el pasaje más intenso de Talleres en ofensiva, generó una buena combinación de pases y Fernando Enrique, en el vértice del área por el sector izquierdo, encontró con un centro a Alejandro Aranda. El delantero oriundo de Santiago del Estero, la peinó aunque no tuvo la suficiente fuerza para vencer al arquero Lautaro Petruchi, que esta vez la tomó con su tenaza.
Los minutos pasaba, y el elenco de Escalada, no le encontraba la vuelta al partido. Matías Sosa ingresó por Norberto Palmieri, para buscar darle mayor volumen a la expresión en ataque, pero no logró hacerse valer esta intención.
Por lo pronto, Armenio desarrollaba con seguridad, su planteo estratégico en la cancha, para ir asegurando el triunfo. Sin replegarse más de lo aceptado “moralmente”, seguía desarrollando su idea. A esa altura, con el giño del árbitro, además resultaba beneficiado, en la gran mayoría de las disputas individuales por la recuperación del balón.
Los errores y las resoluciones previsibles, seguían siendo una constante en un Talleres, que se mostraba desdibujado sobre el final del pleito. Faltaban variantes, que complicar a un oponente, que ya había consolidado su fórmula para contrarrestar los tibios ataques.
La última de vértigo del partido, sería para Deportivo Armenio. A los treinta y seis minutos, desde un lateral mal sacado por Patricio Romero, la visita recuperó el balón. Nicolás Giovagnoli, cortó la pelota en la mitad de la cancha y luego, le cayó a Pio Banacci, que engancho para afuera y buscó el remate cruzado, que terminó saliendo apenas desviado, en el arco de la cabecera Ángel Bosio.
El final del encuentro llegó, en un ataque Albirrojo. Para redondear una tarde perfecta para el reconocimiento de la corona, José Carreras le bajó el telón al partido, antes que llegara un tiro de esquina del local. Claro que, el juez del encuentro, no fue el responsable de la pobre producción que mostró el dueño de casa.
Talleres sumó su cuarto encuentro perdido entre los nueve que ha jugado, y dejó una opaca impresión. Distante de lo esperado, mostrando problemas para resolver en su generación de ataque, se quedó con las manos vacías. Una caída, que le indica que debe trabajar mucho aún, para poder ejecutar correctamente, aquello que se propone desde lo esquemático.
Muy alejado del líder Comunicaciones, quien suma ya diecisiete puntos; y uno de los escoltas, Ituzaingó, que acumula uno menos, cuando aún ambos deben disputar sus compromisos correspondientes a la 9º fecha del Torneo Apertura, el Tallarín consumió más del medio calendario en este certamen, sigue en la mitad de la tabla y no logró aún en lo que va de la Temporada, meterse en la conversación por la disputa de los puestos de vanguardia.
Una nueva derrota para Talleres. Cayó 0 – 1 ante el Deportivo Armenio, el único invicto que tiene el certamen, en Remedios de Escalada, este Sábado por la tarde, y resignó tres puntos más. Mientras, sigue lejísimos de poder ser protagonista en el Torneo Apertura y meterse en la disputa con los de arriba.
Una de esos partidos perdidos, en el que más allá de discutir las cualidades del rival y sus méritos; y las decisiones del árbitro y su tendencia a pitar en favor de la vista, debe analizarse por encima de ello, la actuación del propio Talleres, que ofreció una pálida imagen y poco caudal de juego, para imponerse en el trámite.
En el amanecer del partido, a los dos minutos de juego llegó la primera, para Talleres. Tomó la pelota Fernando Enrique, en el vértice del área por el sector derecho, haciendo dos jueguitos; envió un centro de espaldas al arco, y controló Franco Pulicastro, adentro del área y de pecho, y ensayó una buena chilena, que le cayó a las manos al arquero Lautaro Petruchi.
Más allá de acción, en ese primer cuarto de hora, el Albirrojo no podía controlar la pelota y construir el juego en base a la idea de su Entrenador. Armenio, con mucho orden táctico y buena aptitud para recuperar, empezó a manejar el partido, con el soporte de Nahuel Sica, en la mitad del terreno. Era más conciso y tenía mayor criterio, para jugar en el campo contrario.
Poco había pasado en el encuentro, cuando a los diecinueve minutos, llegó la polémica en la tarde en Escalada. Un buen pase de Nicolás Sánchez, desde el círculo central de la cancha, para Nicolás Giovagnoli, que le ganó en velocidad a Cristián Godoy y Patricio Romero. En esta rápida acción, Cristián Godoy, lo tomó de la camiseta al hombre del Tricolor, afuera del área, para que no pueda definir. Y el jugador rival, se tiró astutamente adentro del área. José Carreras, el árbitro, no dudó y cobró la pena máxima. Pese a todos los reclamos del los jugadores del Albirrojo, que consideraban que no fue penal, el Tricolor tuvo su cancha a partir de ese recurso, y no la desperdició.
Un minuto más tarde, el encargado del penal, fue Pío Bonacci, y cambio el remate por gol. Ejecutó cruzado, al palo derecho de Mauro Casoli, que se la jugó hacia el palo el izquierdo. Con la complicidad del poste, la pelota pegó primero en ese mismo; y terminó ingresando, pegado al otro. Así, llegó el primero y único gol de la tarde, y Armenio estaba en ventaja 1 – 0, a los veinte minutos.
Dos minutos más tarde, en la reacción inmediata, se vio la más clara de Talleres. A los veintidós minutos, tiro de esquina ejecutado por Fernando Enrique; la bajó de cabeza Lucas Farías y entro completamente solo Franco Pulicastro, que remató con el pecho, en el área chica e insólitamente, se perdió una oportunidad inmejorable el delantero Tallarín. El arquero, Lautaro Petruchi, metió un manotazo providencial, que alcanzó para desviar la trayectoria de la bola.
Sin embargo, el elenco de Fabián Lisa, continúo teniendo problemas para ejercer el control de las acciones. Los dirigidos por Mario Gómez, se sentían más cómodos con el resultado, y tocaban rápido para no enredarse.
A los veinticuatro minutos, Nahuel Sica desbordó por el sector derecho, como un extremo más, y envió un centro al segundo palo, cuando llegaba solo Nicolás Giovagnoli, que no pudo conectar su remate. Daba la impresión, que la visita podía aumentar la cuenta.
En una de las últimas interesante del primer tiempo, el Albirrojo ganó un lateral por derecha y Fernando Enrique habilitó a Fabián Monserrat, quien le devolvió la pelota a su experimentado compañero. Y el propio Fernando Enrique, buscó con un centro que rechazaron en el fondo visitante. Pero la pelota le cayó a Alejandro Aranda, que enganchó para adentro y sacó el remate al palo izquierdo de Lautaro Petruchi. Pasó cerca la pelota, de ese primer palo.
En los últimos diez minutos de la primera parte, el encuentro se fue desinflando, en cuanto a ritmo y volumen de juego. Talleres, no podía encontrar un circuito de pases, que le permitiese conectarse con sus tres atacantes. Las imprecisiones y la falta de criterio para moverse y encontrar los puntos flacos del rival, daban cuenta que no era una buena tarde para los de Escalada.
La última de la etapa inicial, se produjo a los cuarenta y seis minutos. Un lateral de Patricio Romero hacia Fabián Monserrat. Éste mismo, en la que iba a ser su última intervención del partido, envió un centro al área, que encontró como respuesta, una mala salida de Lautaro Petruchi. Y nuevamente, Franco Pulicastro tuvo su chance, pero cabeceó obstruido por el arquero. La pelota, pasó apenas por arriba del travesaño.
Molesto con el rendimiento de su equipo en la primera parte, Fabián Lisa mandó a la cancha desde el arranque del complemento, a Luciano Arcuri, para que jugase a la altura del carril central. Así, soltó además a los dos laterales hasta la mitad de cancha; y cubrió el sector defensivo, con Norberto Palmieri, como un marcador central más, en el andarivel principal.
El local, mostraba mayor ímpetu a la hora de ir en búsqueda del arco contrario. Sin embargo, no tenía claridad. Ofrecía movimientos repetidos, y pocas alternativas para recurrir a otra fórmula, que no fuesen los centros fabricados con la pelota dominada, a la altura de la puerta del área grande.
En ese segundo tiempo, la primera situación de riesgo real, llegó a los veinte minutos. Asomó un pelotazo de Nicolás Malvacio, que controló muy bien Franco Pulicastro. El centro delantero, dio una media vuelta y lo habilitó a Lucas Farías, con un pase bombeado. Luego de la recepción de aquel pase, Lucas Farías remató de volea al palo izquierdo de Lautaro Petruchi, quien controló sin firmeza; la pelota, se le escapó por un costado de su cuerpo y casi se mete en el arco. No obstante, como pudo, terminó adueñándose del esférico con una mano, a escasos centímetros de la línea de gol.
A los veintidós minutos, en lo ya era el pasaje más intenso de Talleres en ofensiva, generó una buena combinación de pases y Fernando Enrique, en el vértice del área por el sector izquierdo, encontró con un centro a Alejandro Aranda. El delantero oriundo de Santiago del Estero, la peinó aunque no tuvo la suficiente fuerza para vencer al arquero Lautaro Petruchi, que esta vez la tomó con su tenaza.
Los minutos pasaba, y el elenco de Escalada, no le encontraba la vuelta al partido. Matías Sosa ingresó por Norberto Palmieri, para buscar darle mayor volumen a la expresión en ataque, pero no logró hacerse valer esta intención.
Por lo pronto, Armenio desarrollaba con seguridad, su planteo estratégico en la cancha, para ir asegurando el triunfo. Sin replegarse más de lo aceptado “moralmente”, seguía desarrollando su idea. A esa altura, con el giño del árbitro, además resultaba beneficiado, en la gran mayoría de las disputas individuales por la recuperación del balón.
Los errores y las resoluciones previsibles, seguían siendo una constante en un Talleres, que se mostraba desdibujado sobre el final del pleito. Faltaban variantes, que complicar a un oponente, que ya había consolidado su fórmula para contrarrestar los tibios ataques.
La última de vértigo del partido, sería para Deportivo Armenio. A los treinta y seis minutos, desde un lateral mal sacado por Patricio Romero, la visita recuperó el balón. Nicolás Giovagnoli, cortó la pelota en la mitad de la cancha y luego, le cayó a Pio Banacci, que engancho para afuera y buscó el remate cruzado, que terminó saliendo apenas desviado, en el arco de la cabecera Ángel Bosio.
El final del encuentro llegó, en un ataque Albirrojo. Para redondear una tarde perfecta para el reconocimiento de la corona, José Carreras le bajó el telón al partido, antes que llegara un tiro de esquina del local. Claro que, el juez del encuentro, no fue el responsable de la pobre producción que mostró el dueño de casa.
Talleres sumó su cuarto encuentro perdido entre los nueve que ha jugado, y dejó una opaca impresión. Distante de lo esperado, mostrando problemas para resolver en su generación de ataque, se quedó con las manos vacías. Una caída, que le indica que debe trabajar mucho aún, para poder ejecutar correctamente, aquello que se propone desde lo esquemático.
Muy alejado del líder Comunicaciones, quien suma ya diecisiete puntos; y uno de los escoltas, Ituzaingó, que acumula uno menos, cuando aún ambos deben disputar sus compromisos correspondientes a la 9º fecha del Torneo Apertura, el Tallarín consumió más del medio calendario en este certamen, sigue en la mitad de la tabla y no logró aún en lo que va de la Temporada, meterse en la conversación por la disputa de los puestos de vanguardia.
SISTESIS:
TALLERES 0
Mauro Casoli; Patricio Romero (77’ Dylan Vergara), Cristián Godoy, Nicolás Malvacio y Marco Lambert (88’ Juan Trejo); Norberto Palmieri (68’ Matías Sosa); Fabián Monserrat (45’ Luciano Arcuri) y Fernando Enrique; Alejandro Aranda, Franco Pulicastro y Lucas Farías.
Suplentes: Nicolás Rodríguez, Nicolás Monserrat y Luis Monge.
DT: Fabián Lisa.
ARMENIO 1
Lautaro Petruchi; Fabricio López, Nahuel Chacón, Facundo Quiroga y Ian Pérez; Diego Nakache (64’ Rodrigo Díaz Rodríguez), Nahuel Sica, Nicolás Sánchez y Nicolás Giovagnoli; Pio Bonacci y Lautaro Montani (75’ Luis Olmedo).
Suplentes: Esteban Glellel, César Leguizamón Arce, Juan Salomini, Luciano Villalba y Emanuel Zagert.
DT: Mario Gómez.
Gol: 20’ Pio Bonacci -penal- (A).
Amonestados: Cristian Godoy, Norberto Pamieri, Alejandro Aranda y Nicolás Malvacio (T); Facundo Quiroga, Nicolás Sánchez y Nicolás Giovagnoli (A).
Estadio: Talleres (Bien).
Árbitro: José Carreras (Mal).
Asistentes: Martín Vaccaro y Cristian Colonesse.
Cuarto Árbitro: Jonathan De Otto.
Recaudación: No fue suministrada.
Público: 1500 personas aproximadamente.
Foto Mono Gómez. Talleres no pudo encontrarle la vuelta al partido.
Foto Mono Gómez. Fernando Enrique le reclama al árbitro, José Carreras.
Foto Mono Gómez. Luciano Arcuri, fue el más destacado de Talleres, en el complemento.
Foto Mono Gómez. Matías Sosa, busca superar a Fabricio López.
Foto Mono Gómez. Fernando Enrique, busca abrirl la cancha hacia la derecha.
Foto Mono Gómez. El Albirrojo, perdió en la mayoría de las pelotas divididas.