Talleres derrotó 1 – 0 a Quilmes, con otro gol de cabeza de Nicolás Malvacio, a los veinte minutos de la complementaria, optimizando un recurso de laboratorio, que le permitió conseguir una victoria esencial, y sumar tres puntos clave para salir de la zona de Reválida, en la tarde/noche del Lunes, en el Estadio Pablo Comelli, en Remedios de Escalada, por la 21º fecha de la Zona A del Torneo 2024 de la Primera Nacional. En un partido cerrado, en el que el Albirrojo le cedió la pelota al rival, durante buena parte del pleito, especulando con la urgencia y la necesidad ajena. Aprovechó estratégicamente para dañar, con una acción con el balón detenido, en un tiro libre de Fernando Enrique y el magnífico cabezazo de Nicolás Malvacio; quebró el cero y consolidó un resultado positivo, de esos que tanto necesita cosechar en el Templo, en esta segunda rueda. El Cervecero, de pobre labor, no pudo encontrar espacios ni profundidad, y cayó en las redes de contención defensivas y medias, que los de Martín Rolón tejieron, para contener y asegurar el resultado. De todos modos, el Árbitro Juan Pablo Loustau, esquivó sancionar un penal sobre Ciro Campuzano, en la primera mitad, que pudo haber destrabado antes, el marcador. Tras la derrota, Darío Franco dejó de ser el Entrenador del equipo Quilmeño. El Tallarín, fue sólido y efectivo, y se impuso con justicia ante uno de los que siempre aspita al ascenso. La Roloneta, está en franca recuperación, en este último segmento; sumó siete de los nueve puntos disputados -seis de ellos, fuera de casa-, y logró dejar la anteúltima colocación y posición de Reválida, tras seis jornadas en las que estuvo en los últimos puestos, para respirar transitoriamente sin esa presión asfixiante.
Foto Mono Gómez. Una victoria, para salir del anteúltimo lugar, en la Zona A.
La victoria, que precisaba, en casa, para salir del pozo, en la el arranque de la segundo vuelta, en su condición de local. Había que ganar, y lo logró. Sumar de a tres unidades en el Templo, es vital para lograr la permanencia y continuidad en la Categoría, dado que este viaje Nacional, la distancia y los viejas, suelen ser un escollo importante. Y obtuvo el triunfo, trabajando el partido estratégicamente. Mostrando, nuevamente solvencia en defensa y recuperación; y pragmatismo para convertir. La pelota parada, y la administración de una acción de laboratorio, indica una evolución muy positiva, que se ha transformado en un instrumento clave, que permitió anotar y quedarse con el premio mayor. Talleres venció 1 – 0 a Quilmes, en el Estadio Pablo Comelli, y salió del anteúltimo lugar y puesto de Reválida de la Zona A, compartiendo ahora el antepenúltimo escalón, junto a Guillermo Brown (Puerto Madryn).
El Albirrojo, tenía en claro la partitura que debía desarrollar, para poder doblegar a un rival, que llegaba golpeado, con las urgencias propias de un candidato, que se ha desmoronado en estos últimos encuentros. Desde el arranque, fue paciente. Cedió pelota y una parte del terreno, para el que Cervecero salga. Quería encontrar la oportunidad precisa, para lastimarlo y ganarle un duelo tenso. Ambos, sabían que una derrota les hacía demasiado daño, en la tarde/noche de Remedios de Escalada.
Con un cambio obligado en el fondo, por la suspensión de Fernando Duré por haber llegado a las cinco amarillas, Martín Rolón prefirió cubrir la banda derecha con Sebastián Gallardo, un Mediocampista Central adaptado, para resguardar ese sendero. Además, la baja por lesión de Alejandro Benítez, permitió el regreso de Tomás Asprea a la titularidad, para jugar más adelantado y asociarse con Fernando Enrique y Diogo Guzmán, en la gestación.
En los minutos iniciales del encuentro, disputado en la tarde/noche de Remedios de Escalada, la primera interesante, la tuvo el Tallarín, a los nueve. Desde un tiro de esquina, Tomás Asprea impulsó la pelota desde la izquierda, en una maniobra ensayada; Fernando Enrique, cabeceó delante del punto del penal, y tras un pique previo, el Arquero Esteban Glellel, controló abajo. Mientras, el Marcador Central Federico Tévez, tomó pronunciadamente de la camiseta a Nicolás Malvacio, hasta hacerlo caer en el área. Aunque el Árbitro Juan Pablo Loustau, prefirió no cobrar, lo debió haber sido el primer penal de jornada.
Un minuto más tarde, los de Martín Rolón fueron profundos por la derecha. Diogo Guzmán, desbordó por el andarivel diestro, y lanzó un centro de rastrón, que el Arquero Esteban Glellel, logró interceptar con el pie. Sin embargo, dio un rebote; Ciro Campuzano no llegó a tomar y Federico Tévez, desvió hacia el lateral izquierdo.
La visita, mostraba debilidad defensivamente. Poca capacidad, para conectarse en ofensiva. Sus delanteros, Tomás González y Fabián Bordagaray, entraban espasmódicamente en juego.
Recién a los veintinueve minutos, Quilmes se animó a probar, con un remate con un pique venenoso, desde afuera del área, sobre el sector izquierdo, que el Arquero Damián Tello logró rechazar. No obstante, el rebote fue capturado Damián Adín, pero Federico Sánchez recuperó y saló desde su área.
La gran polémica de la noche, tuvo lugar pasada la media hora de juego. Y el perjudicado, una vez más, fue el conjunto de Remedios de Escalada. Diogo Guzmán, arrojó un tiro de esquina desde la derecha de su ataque. Federico Sánchez. cabeceó fuerte, entrando por la izquierda, a la altura del cuadro menor. La bocha, picó en el área chica, y Ciro Campuzano no llegó a encontrarse de lleno con ella, sobre la derecha, a raíz de un fuere agarrón de la camiseta, consumado por su marcador Santiago Moya, quien lo desestabilizó. Para no perder el hábito, Juan Pablo Loustau omitió castigar la segunda infracción grosera, que era motivo de sanción de un penal, en favor del dueño de casa, sobre los treinta y un minutos.
El Albirrojo, esperaba. Retrocedía una metros, para provocar el adelantamiento territorial de los dirigidos por Darío Franco, que imprecisiones en el manejo del balón.
En treinta y ocho minutos, los Cerveceros inquietaron, con un disparo de Ramiro Luna, desde el vértice izquierdo de su ataque, que Damián Tello rechazó con sus puños, y Sebastián Gallardo revoleó largo hacia adelante, para ahogar cualquier peligro.
El primer tiempo, se fue y no dejó más. Las emociones, escasearon. El cero, calificaba. Por las situaciones nítidas de ataque, que ambos conjuntos, no había logrado concebir.
En el arranque del complemento, los de Martín Rolón le permitieron manejar el balón a Quilemes, premeditadamente. Con la intensión de recuperar con firmeza, mediante un tejido conformado por mediocampistas y defensores, pretendían dejar en evidencia las limitaciones del rival, para generar en ataque. Y aprovechar con velocidad y ataques directos, los espacios que los de Darío Franco descuidaran.
A los nueve minutos de ese segundo tiempo, la Cerveza molestó en ofensiva, con un remate cerrado de larga distancia de Tomás González, que Damián Tello logró desviar contra la base de su palo izquierdo, hacia el tiro de esquina.
En un cuarto de hora, el Tallarín fabricó la primera aproximación profunda. Una embestida de Ciro Campuzano, que desactivó la marca de Damián Adín, y proyectó un tiro al arco, que terminó en las manos de Esteban Glellel.
El desgaste físico, efectuado por los hombres del frente ofensivo en el local, desató las primeras dos variantes, en diecinueve minutos. Matías Donato y Diego Nakache -debutó, luego de haberse incorporado la semana anterior-, reemplazaron a Ciro Campuzano y Sebastián Benega, respectivamente. Ingresaron justo antes, que se ejecute la acción dorada del partido.
El tiro libre, lo había otorgado Juan Pablo Loustau, luego de una falta de Matías Ferreira sobre Sebastián Gallardo, por la derecha del ataque, en las proximidades del área visitante. El Capitán Fernando Enrique, en una jugada de laboratorio preparada, propulsó un tiro libre magistral, hacia el punto del penal, para la aparición de Nicolás Malvacio. El Marcador Central Albirrojo, se movió dentro del área; se despegó de la marca de Matías Ferreira, mientras Matías Donato y Patricio Romero oficiaron como cortinas, y cabeceó potentemente. La bola, impactó en el palo derecho de Esteban Glellel y se acuñó en el fondo del arco. El Tallarín, volvió a convertir, a partir de la utilización integral de la pelota detenida. Talleres ganaba 1 – 0, en veinte minutos, y el festejo alocado, era una representación de liberación.
En desventaja, el oponente se desmoralizó. Fue erosionando su imagen de juego. Con tibia reacción, reflejaba una carencia de alternativas, para poder violar el cerrojo defensivo de los de Escalada.
Darío Franco, sabía que se jugaba su puesto. Mandó al terreno de juego, Ayrton Sánchez y Lucas Alfonso, por Matías Ferreira y Fabián Bordagaray, consecutivamente, a los veintiséis, aspirando a que su equipo encuentre respuestas, para salir de la situación embarazosa, en los últimos diecinueve minutos.
El Albirrojo, se dedicó a pausar sus movimientos. Se concentró, en las tareas accesorias, para bajarle la efervescencia a cualquier embestida Quilmeña.
Diogo Guzmán, dejó el campo extenuado, e ingresó el debutante Saúl Nelle, para contener con la marca, sobre el círculo central.
Faltando cinco minutos para el final, el Entrenador de la Cerveza, agotó las últimas tres variantes juntas. Santiago Puzzo, Juan Capano y Axel Batista, sustituyeron a Ramiro Luna, Marcos Enrique y Lautaro Parisi, correlativamente, ingresaron para realzar al herido, y empujarlo a buscar la igualdad.
Precisamente, en la reanudación del juego, para darle más emotividad al triunfo, una vez más y como tantas veces, Damián Tello, en todo su esplendor, terminó tapando la bocha del partido, que podría haber sido el empate de Quilmes. La chance más clara, que generó el Cervecero. De un tiro en tres cuartos de cancha, ejecutado por Santiago Puzzo, apareció Tomás González, en el cuadro menor, para meter un cabezazo, con pique al piso. Damián Tello, sacó contra la base del palo derecho, chocándose con el poste por el esfuerzo de la reacción, para evitar la caída de su arco. Asimismo, Nicolás Malvacio salió jugando sobre la raya de fondo, con elegancia y audacia, hasta casi la mitad del campo, para desactivar toda alarma.
Para ponerle más suspenso al final, el cuarteto arbitral, adicionó cinco minutos más. Pese a ello, con el nerviosismo a flor de piel, en medio de la crisis propia del momento que atraviesa un candidato, Quilmes careció de toda idea y nitidez, para generar esa situación, que le permitiese quedarse con el punto.
A un minuto de cumplirse el tiempo reglamentario, Martín Rolón realizó un cambio para enfriar el desarrollo del juego, e Isaías Ciavarelli se metió por Tomás Asprea.
El ansiado final del partido, llegó en Timote y Manuel Castro, a los noventa y cinco. Talleres, se quedó con tres puntos de platino, que se cargó en su cuenta general, en la Tabla de posiciones en la Zona A, y que le sirvió al mismo tiempo, logró descargar de su pesada mochila, en ese contrapeso que arrastraba desde su regreso de Mar del Plata, allá por la 15º fecha a esta parte. Desde aquella derrota 2 – 0 frente a Alvarado (Mar del Plata), había comenzado a transitar por los dos últimos lugares del listado de colocaciones, en el grupo más parejo que tiene la Divisional, en esta Temporada. A su vez, la victoria que trajo alivio en Remedios de Escalada, desató el vendaval en Quilmes, y Darío Franco tuvo que dejar su cargo como Entrenador.
Con astucia; claridad conceptual. Una estrategia utilitaria, a la medida de sus posibilidades; solidez y robustez en la marca; y efectividad para ejecutar sus acciones elaboradas en ataque. La Roloneta, recuperó identidad y abrochó tres puntos muy necesarios. Esos, que le permiten a esta altura del Torneo, dejar de respirar de modo artificial, y tomar aire sin depender de otros.
El equipo, mostró una franca mejoría en este último tramo, de las tres presentaciones más recientes. Está en alza. Producto de ello, cosechó siete de los nueve puntos disputados, que incluyeron dos prestaciones como forastero, y la vuelta al triunfo en el Templo, donde tanto le ha costado desde su regreso al recorrido nacional. En este segmento, encontró el camino. Sosteniendo su compromiso y rasgos distintivos, que lo trajeron hasta acá, está en condiciones de lograr el primer objetivo, en final del largo camino que aún resta por recorrer en el mapa argentino.
SISTESIS:
TALLERES 1
Damián Tello; Sebastián Gallardo, Federico Sánchez, Nicolás Malvacio y Patricio Romero; Diogo Guzmán (78’ Saúl Nelle), Norberto Palmieri y Sebastián Benega (64’ Diego Nakache); Tomás Asprea (89’ Isaías Ciavarelli) y Fernando Enrique; Ciro Campuzano (64’ Matías Donato).
Suplentes: Mauro Casoli, David Achucarro, Nicolás Monserrat, Federico Ulayar y Nicolás Molina.
DT: Martín Rolón.
QUILMES 0
Esteban Glellel; Damián Adín, Federico Tévez, Santiago Moya y Matías Ferreira (71’ Ayrton Sánchez); Lautaro Parisi (85’ Axel Batista), Marcos Enrique (85’ Juan Capano), Iván Ramírez y Ramiro Luna (85’ Santiago Puzzo); Tomás González y Fabián Bordagaray (71’ Lucas Alfonso).
Suplentes: Maximiliano Gagliardo, Mirko Juárez, Federico Pérez y Joaquín Postigo.
DT: Darío Franco.
Gol: 65' Nicolás Malvacio (T).
Amonestados: Martín Rolón (DT), Sebastián Gallardo y Patricio Romero (T).
Estadio: Talleres (Regular).
Árbitro: Juan Pablo Loustau (Mal).
Asistentes: Juan González y Arnaldo Melgarejo.
Cuarto Árbitro: Américo Monsalvo.
Recaudación: $ 3.269.55.
Público: 6.000 personas aproximadamente.
Foto Mono Gómez. Nicolás Malvacio, se impuso en la altura y convirtió así, de cabeza.
Foto Mono Gómez. El Albirrojo, sumó siete de los últimos nueve puntos disputados.
Foto Mono Gómez. Por la aparición de Loan, que también se implora desde Escalada.
Foto Mono Gómez. Tomás Asprea, volvío a ser titular, en el equipo de Martín Rolón.
Foto Mono Gómez. Diogo Guzmán, se afianza como titular, en un conjunto que viene en levantada.