Cada vez más complicado

El Albirrojo empató 2 – 2 frente a Villa San Carlos, en el Pablo Comelli, dilapidando dos unidades, y por su propia impericia para ganar un partido, complicó severamente la posibilidad de clasificar el Torneo Reducido, por el segundo ascenso. Había arrancado ganando, por dos goles de diferencia, con tantos de Patricio Romero, al minuto de juego, y Juan Miritello, a los diez. Hasta pudo haber ampliado esa diferencia, en la primera mitad. Sin embargo, perdió la pelota en el inicio del complemento, cedió campo y se dejó avasallar por un Villa San Carlos que está entre los tres últimos en la General. Alejo Lloyaiy, con otro cabezazo, marcó el descuento, a los ocho; y en la primera que tocó, Pablo Miranda empardó el marcador. El dueño de casa, no generó un disparo franco al arco, en todo el segundo tiempo. Defraudó una vez más como local, donde lleva ocho juegos sin triunfos. A tres fechas del final de la etapa regular, sigue sin poder consolidar un equipo; alcanzar un nivel regular, dar una muestra contundente de carácter que revierta una extensísima racha de once partidos sin victorias. Luego de haber sumado este punto, quedó noveno en la Tabla General, y hoy sólo estaría pudiendo clasificar el Reducido, si Colegiales se consagra ganador del Torneo Clausura, porque a partir de ello, se jugaría un “Octogonal” para definir el segundo ascenso. Complicado panorama, cuando restan aún nueve puntos por jugarse, y sus próximos rivales vienen apretando desde atrás, para arrebatarle el lugar.

vs Villa San Carlos 31º 2021 08

Foto Depto. Prensa Villa San Carlos. Talleres ganaba holgadamente, y permitió que le empataran.


No hay forma. No encuentra el rumbo. No logra volver a conseguir un triunfo, ni aun ganando con dos goles de ventaja, prácticamente desde el vestuario. Dos puntos más, desperdiciados ante un rival que marcha entre los últimos del Torneo y no pelea por nada. Talleres agudizó su crisis futbolística. Igualó 2 – 2 ante Villa San Carlos, en Remedios de Escalada, y volvió a quedar en deuda. Partido a partido, pone cada vez más en riesgo, sus propias posibilidades de clasificar al Reducido.

El partido, arrancó de la mejor manera. Un comienzo, inimaginable. Por lo visto en los últimos meses, en este mismo elenco.

Cuando Villa San Carlos, hacía pocos minutos que había descendido del micro que lo trasladó hasta Remedios de Escalada -el ómnibus llegó 14:35, y el partido comenzó con retraso, cuarenta y cinco minutos después-, Talleres lo sacudió en la bienvenida. Pareció que parte del conjunto Villero, no había llegado a poner los pies en el césped todavía, y ya estaba abajo en el marcador.

En la primera acción ofensiva, llegó la Apertura del marcador. Al minuto exactamente de juego, Fernando Enrique tocó la pelota con Tomás Díaz, en el sector izquierdo del ataque, en la mitad de campo. El delantero, trepó por ese andarivel y desde la puerta del área, proyectó un centro potente, al segundo palo. Allí, por sorpresa, apareció Patricio Romero, que buscó cabecear la pelota, acompañado en la marca por Maximiliano Badell, a quien le rebotó la pelota en la espalda, y así llegó tempranamente, el primero de la tarde. Talleres ganaba 1 – 0 y había felicidad, en el Día de la Madre.

Inmediatamente, a los tres minutos, Sasha Marcich jugó rápido un lateral, que Fernando Enrique conectó dentro del área, aunque su centro atravesó el área chica de este a oeste, sin que nadie alcance a capitalizar.

Talleres, en ese arranque furioso, no se conformó con la ventaja inicial. Apretaba en la salida a un rival, que no se había podido acomodar en el campo de juego. Se imponía en todas las líneas, como muchos hombres en campo enemigo.

No se habían cumplido los diez minutos clavados de la primera etapa, cuando desde el primer cuarto de cancha, Sasha Marcich sacó velozmente otro lateral. Juan Miritello, la peinó en la mitad de la cancha, sobre ese costado izquierdo, para Tomás Díaz, que se lanzó en la carrera. Le ganó el cuerpo a cuerpo a Alejo Lloyaiy, y llegó con la pelota dominada hasta la puerta del área chica. Le dio al arco, pero el arquero Lautaro Banegas alcanzó a taparla. Sin embargo, el rebote fue aprovechado por Juan Bautista Miritello, que con olfato de goleador, clavó le pelota arriba, dentro de la valla que da espaldas a la Tribuna Ángel Bosio, para saborear el segundo de la tarde. En diez minutos, Talleres estaba dulce y se imponía 2 -0. Aunque más tarde, todo sería agrio.

En ese tramo, el Albirrojo construía buenos circuitos de pases. La pelota, pasaba por los pies de Fabián Monserrat, Gabriel Arce y Fernando Enrique, y el juego fluía. Por derecha, había un franco abierto, que explotaba Patricio Romero. A tal punto, que a los trece minutos, por ese sector, Sasha Marcich apareció en escena como un puntero, le ganó en la salida a Maximiliano Badell, se sacó de encima la marca de dos defensores, y disparó al arco. Esta vez, Lautaro Banegas tapó y el rebote, alcanzó a ser resuelto por Juan Ignacio Saborido.

La presión de Talleres, era asfixiante. A los catorce minutos, Alejo Lloyaiy salió imprecisamente desde el fondo, por el carril central y Fernando Enrique, recuperó de cabeza, en el mediocampo. Tomás Díaz, recibió de espaldas al arco, e hizo una pared con Gabriel Arce. Acto seguido, sacó un remate fuertísimo, que apenas se fue desviado, al lado del palo izquierdo del arquero.

En ese contexto, a los quince minutos, cuando Talleres buscaba el arco contrario, San Carlos salió con un pelotazo largo, para Matías Fernández, quien arrancó libre de marca, a la altura divisoria del campo. El delantero, se fugó en soledad y llegó hasta el área grande. Pero allí, Lucas Zeiden le tapó el ángulo de tiro y su remate, se perdió muy por encima del travesaño.

A los veintidós minutos, Maximiliano Badell, con una maniobra personal, buscó sorprender a Lucas Zeiden, con un remate desde el sector izquierdo del ataque Villero, que terminó impactando levemente en el travesaño y se perdió en el techo de red. A esa altura, preocupaban las salidas defensivas del local, que mostraba dudas para construir el segundo pase. 

En esa segunda mitad del primer tiempo, el equipo de Mariano Campodónico, bajó la intensidad en la presión ofensiva. El trabajo, comenzó a ser menos preciso en la mitad de la cancha.

No obstante, Talleres tuvo el tercero. No lo supo capitalizar. Fernando Enrique, disparó otro centro muy peligroso, que Juan Miritello cabeceó dentro del cuadro menor. Y a puro reflejo, Lautaro Banegas le ahogó el grito con sus manos, e Ignacio Orona despejó de cabeza, al tiro de esquina, sobre los veintisiete minutos.

En ese primer tiempo, el Albirrojo generó varias situaciones de gol, como no ocurría hace mucho tiempo.

A los treinta y uno, con otro centro Maximiliano Badell buscó a Juan Ignacio Silva, quien desde el área, ensayó un disparo que Lucas Zeiden, controló sin problemas.

En tanto, cuando el reloj marcaba el minuto treinta y cinco, Matías Samaniego filtró un pase y Matías Fernández no pudo definir con precisión, en un mano a mano que le obturó el arquero local.

A los cuarenta de esa primera parte, los de Escalada volvieron a tener otra clara. Gabriel Arce, envió un tiro libre desde el sector izquierdo, y Nicolás Sainz cabeceó por encima del parante superior.

Mientras tanto, en cuarenta y un minutos, Maximiliano Badell proyectó un nuevo centro sobre el área y Lucas Zeiden, despejó el riesgo con sus puños.

En esa primera parte, había sido muy superior el de Remedios de Escalada. Pero no lo supo rematar. Lo pagó carísimo.

En el segundo tiempo, la actitud del equipo de Mariano Campodónico, fue completamente opuesta. Y los dirigidos por Andrés Yllana, mejoraron su nivel a partir del ingreso de Alexis Alegre para enlazar juego, en el arranque del complemento.

Talleres no mostraba la misma intensidad en los movimientos ofensivos, pese a que presionaba en la salida.

Una falta que no parecía tener mayor relevancia, de Nicolás Sainz a Matías Samaniego, muy lejos del área, comenzó a ser el principio, de una gran dolor de cabeza. A los ocho minutos, Alexis Alegre envió un preciso tiro libre desde el costado derecho, Alejo Lloyaiy superó en la marca a Sasha Marcich, y con un cabezazo que tuvo pique de por medio, metió la pelota en el fondo de la red. Villa San Carlos descontó. Con el 2 – 1, nació otro partido.

Un minuto después, Alexis Alegre metió desde el campo defensivo, un largo pase, que en profundidad, aprovechó Matías Samaniego buscando sorprender por arriba al aquero.

A partir de allí, se vio al dueño de casa, retroceder varios metros en el campo; ceder espacios y protagonismo. Sintió el desgaste físico de la primera parte. Y eso, le facilitó al Villero, comenzar a imponerse en la mitad del terreo y manejar la circulación de la bola.

Mariano Campodónico, mandó al campo a Martín Río y Nicolás Malvacio, por Gabriel Arce y  Nicolás Sainz, respectivamente, para contener un poco más en la mitad de la cancha.

Talleres no lograba atacar. Las imprecisiones en la entrega de la pelota, se repetían. Los errores y desatenciones en la defensa del Tallarín, afloraban con el correr de los minutos. Perdía cada batalla a espaldas de ambos laterales. La visita, tenía un mejor semblante. Y San Carlos entonces, se animó a ir por el empate

Esa proyección que mostraba el equipo visitante, fue acompañada por un acierto clave del técnico Andrés Yllana, justo antes de la ejecución de un tiro libre a favor. El delantero con muchos goles en su recorrido, Pablo Miranda, reemplazó a Octavio Padovani, para buscar la heroica. Justo, cuando le habían cometido un falta a Lautaro Ruiz Miranda, en la puerta del área. Y así, llegó el empate.

A los veintitrés minutos, Alexis Alegre le pegó al arco. La bocha, picó delante de Lucas Zeiden, que terminó en rebote en su pecho. Y precisamente, Pablo Miranda en la primera que tocó, la empujó al fondo de la red, mientras los defensores del Tallarín, se quedaron parados testimonialmente a la altura de la barrera, al mismo tiempo que se escaparon cinco futbolistas visitantes a la caza del rebote, frente a un solo defensor rival. Así, imposible sostener el resultado. El Celeste, lograba un empate que jamás había soñado alcanzar en la primera parte.

De ahí en adelante, todo fue improductivo para Talleres. Inconsistente en cada avance. Repleto de nervios y maniobras que se perdían, por carencia de lucidez para fabricar una situación contundente. No aparecía una jugada profunda. Tal vez Fernando Enrique, fue el único que mostró alguna idea concreta, en la búsqueda ofensiva.

A los veintinueve, tras un tiro de esquina, el de Berisso, tuvo otra. Le quedó un rebote a Matías Samaniego, que se animó de lejos, pero el remate que impacto en el techo del arco local.

Jorge Márquez y Matías Sosa, que ingresaron para jugar los últimos doce minutos, pero no lograron darle claridad al ataque. Desperdiciaron con algunos centros imprecisos, las pocas acciones cercanas al arco de Lautaro Banegas que los de Escalada tuvieron en ese último tramo del partido.

A los treinta y seis, Jorge Márquez desbordó por la banda derecha y metió un centro con peligro, que no pudo encontrar a un compañero, a menos de diez minutos para el final.

El final del encuentro dejó el punto, y toda la impresión anímica de una igualdad con tinte a derrota. Resulta incomprensible e inaceptable, que Talleres no haya podido vencer al penúltimo de la tabla General, en un duelo en el que estuvo dos goles arriba desde el comienzo, cuando solamente le servía ganar, para aspirar a encaminar la clasificación al Reducido.

Restando tan solo tres partidos para el final de la etapa regular de la temporada, y la situación del Albirrojo con perspectiva a la clasificación al Reducido -que en definitiva, propone como meta tratar de pelear por el otro ascenso que la Categoría otorga-, está muy complicada. Por la propia inacción del equipo. Además de haber acumulado su octavo partido sin triunfos en el Templo, lleva once presentaciones sin ganar en este recorrido por el Clausura. Y luego de haberse desarrollado completamente la 14º fecha, quedó noveno en la Tabla General, habiendo sido incluso superado por Deportivo Merlo, por un punto.

Si las cosas en la temporada finalizaran así, el Albirrojo solamente jugaría el Reducido, en caso Colegiales repita el título y se consagra ganador del Clausura. Vale recordar, que solamente en ese caso, se jugará un “Octogonal”. En cambio, si cualquier otro resultase ganador del Torneo Clausura -Flandria, Sacachispas, Acassuso o Justo José de Urquiza-, habrá una plaza menos para la disputa del Reducido, porque se jugará en formato hexagonal, y lo integrarán los seis mejores clasificados en la tabla general más el perdedor del final por el primer ascenso. Por eso mismo, el Tallarín ya no depende de su (pobrísima) producción, sino de la suerte del ganador del Apertura. Pende de un hilo delgado en la zona de Reducido, y sigue sin dar respuestas concretas para alimentar ilusión alguna.


SISTESIS:

TALLERES 2

Lucas Zeiden, Patricio Romero (76’ Luis Monge), Cristian Godoy, Nicolás Sainz (57’ Nicolás Malvacio) y Sasha Marcich; Iván Becker; Fabián Monserrat (78’ Jorge Márquez), Gabriel Arce (58’ Martín Río) y Fernando Enrique; Juan Miritello y Tomás Díaz (78’ Matías Sosa).

Suplentes: Ezequiel Cacace y Alejandro Noriega.

DT: Mariano Campodónico.

VILLA SAN CARLOS 2

Lautaro Banegas; Adrián Scifo, Alejo Lloyaiy y Luciano Machín; Juan Ignacio Saborido (62’ Lautaro Ruiz Martínez), Ignacio Orona, Juan Ignacio Silva y Maximiliano Badell (92’ Federico Slezack); Matías Samaniego, Matías Fernández (45’ Alexis Alegre) y Octavio Padovani (68’ Pablo Miranda).

Suplentes: Facundo Monetti; Francisco Villalba y Gonzalo Raverta.

DT: Andrés Yllana.

Goles: 1' Patricio Romero y 10' Juan Miritello (T); 53' Alejo Lloyaiy y 69' Pablo Miranda (VSC).

Amonestados: Sasha Marcich e Iván Becker (T); Luciano Machín (VSC).

Estadio: Talleres (Regular).

Árbitro: Juan Pablo Loustau (Regular).

Asistentes: José Mendoza y Leonardo Aranda.

Cuarto Árbitro: Martín Gonaldi.

Recaudación: No fue suministrada.

Público: 1000 personas aproximadamente.