Luego de nueve fechas sin ganar, Talleres volvió a la victoria. Venció por 2 - 1 a Almirante Brown, en el Templo de Escalada, con goles de Maximiliano Badell y Gustavo Fernández y sumó el segundo triunfo de la temporada. El Albirrojo, mostró una mejoría en su vuelo futbolístico y supo ser contundente sobre todo en los primeros sesenta minutos, y logró así doblegar a un animador del torneo. La actitud del equipo, las decisiones tácticas y estratégicas de Gustavo Noto y la mejoría en el nivel de algunas individualidades, fueron de lo más destacado que dejó este triunfo. El elenco de Escalada logró cortar una sequía de seiscientos setenta y cuatro minutos sin convertir goles, celebró la primera conquista de tres puntos en casa, y además logró salir del fondo de la tabla y engordar el promedio.
Foto Prensa C. A. Talleres. Ramiro Echeverría y Gustavo Fernández, agradecen al cielo el primer gol.
¡Cuánto se necesitaba que Talleres vuelva al triunfo! ¡Era hora! El Albirrojo, por fin pudo terminar con una secuencia larguísima de nueve partidos sin conjugar el verbo ganar. Y luego de ocho derrotas y un empate, consiguió lo que necesitaba tanto como el aire para respirar: meter un gol. O mejor dicho, dos goles; para ganarle 2 – 1 a Almirante Brown, sumar tres unidades, empezar a recobrar la confianza en sí mismo, salir de fon de la tabla y engrosar el promedio.
A simple análisis, una segunda victoria en la temporada, luego de once partidos disputados, parece una gota de agua en el desierto. Sin embargo, por el momento complicado que venía atravesando este equipo, la necesidad era imperiosa de poder lograr en primer término, anotar un gol, y luego, ganar para no hundirse en la tabla del descenso, le dan una importancia relevante al triunfo obtenido. Y ese objetivo de “ganar un partido”, el equipo de Gustavo Noto lo logró alcanzar ante la Fragata, jugando el mejor partido del pentagrama de presentaciones que el Tallarín ha interpretado desde su llegada.
El arranque del partido, ofreció a un Talleres que con cambio total de esquema de mitad de cancha hacia adelante e intérpretes, buscó sorprender a Almirante Brown manejando la pelota y romper con la defensa rival, a partir de la presencia de tres atacantes, que no tienen las características típicas de cualquier delantera.
Ese planteo, con Gustavo Fernández como centro delantero, que lejos de ser un faro en el área, pivoteó y abasteció con sutileza a sus compañeros de ataque, antes de chocar con los centrales, fue letal para la suerte del Mirasol.
A los catorce minutos, Mathías Crocco proyectó un centro al área, que Gustavo Fernández no pudo conectar. Fue el primer aviso. Y a los veinte minutos, por fin se terminaría la sequía de seiscientos setenta y cuatro minutos sin anotar un gol. Guillermo Santana repuso desde costado con un lateral, Gustavo Fernández la aguantó de espaldas al arco y descargó de nuevo para el lateral derecho, y el propio Guillermo Santana proyectó desde área, un centro rasante que Maximiliano Badell sólo, y ante la pasividad defensiva de Almirante, empujó a la red para desgarrar las gargantas en Escalada. Talleres volvía a gritar un gol después de una eternidad y lo ganaba 1 – 0.
A partir de allí, el elenco de Escalada se soltó un poco más, dejando una mochila de nervios e incertidumbre que cargaba, y se animó a asociar juego y generar algunas aproximaciones más, en un primer tiempo típico de un partido de la Primera B.
El equipo de Gustavo Noto, se propuso romper con los circuitos de juego visitantes, en la mitad de terreno. Y a pesar de haber jugado al límite en algunas maniobras, en la última línea, logró controlar a Ezequiel Melillo y Sebastián Penco, y dejar sin efecto los envíos filtrados que partían desde la mitad del campo Mirasol.
Para el complemento, Blas Giunta, luego de haberse peleado toda la primera etapa con la platea local, reforzó el frente ofensivo, y mandó a la cancha a Tomás Molina, para jugar con un tercer delantero. Y hasta por momentos, Diego García también se transformaba en un cuarto atacante, y Gustavo Noto se vio obligado a reconfigurar el posicionamiento del equipo, y Maximiliano Badell debió sumarse a la mitad de la cancha.
Sin embargo, Almirante no consiguió ser claro durante la primera decena de minutos del complemento. Ezequiel Cacace se quedó en dos tiempos, con el cabezazo de Ezequiel Mellillo, tras un centro peligrosísimo que llovió sobre su área, a los nueve minutos.
Y justamente, cuando el Tallarín necesitaba afianzarse en el sendero de la victoria, consiguió lo que precisaba. Marcos Aguirre abrió en forma aérea la pelota, de izquierda a derecha, para Guillermo Santana que como lateral, creció en diagonal al arco enemigo, ganó en lo alto y con su cabezazo, habilitó la pelota para el carril central. Y desde afuera del área, y en el primer contacto con ese esférico, Gustavo Fernández remató con precisión para quebrar la resistencia de Matías Giordano y cantar el segundo. Golazo del atacante Albirrojo, que encontraba el premio mayor con el 2 - 0, por haber sorprendido al rival, a los once minutos.
Herido, el elenco de Isidro Casanova apretó el paso después del gol, aunque sólo supo generar dos situaciones reales de gol. Con la campaña en puntos a su favor, fue a buscar el descuento, ante el rival que marchaba último en el torneo.
A los veintitrés minutos, en una jugada de tiro de esquina, Iván Centurión le ganó a Mathías Crocco el duelo en la altura, y descontó. Almirante Brown, empujado por su técnico, estaba 2 – 1 y a tiro en el marcador.
Los de Casanova tuvieron el empate en los pies de Sebastián Penco, quien regaló por encima del travesaño, un extraordinario centro que Joaquín Ibáñez había enviado sobre el área Albirroja, en media hora de la complementaria.
Sin embargo, Talleres pese a mostrarse dubitativo en algunas resoluciones, pudo superar el sofocón que se le presentó tras el descuento del rival.
Para colmo, por una impresentable decisión del árbitro -debería ser sancionado por esto- Pablo Giménez, Talleres se vio privado de gozar de una situación muy propicia para definir el resultado. El juez, deliberadamente decidió cortar un contragolpe Tallarín, por una falta cometida al equipo a Alan Mareco en su propio campo, cuando se iba sólo para el arco contrario Marcos Aguirre, y violó el principio básico de aplicar la ley de la ventaja para el equipo que estaba gestando una situación manifiesta a su favor.
No obstante, Talleres volvió a asomar con peligro por el arco de Matías Giordano en los últimos diez minutos, y aunque no fue efectivo, pudo adueñarse del marcador y bajarle la persiana al partido.
Talleres ganó luego de ocho partidos y eso es noticia. Y sin dudas, este triunfo sirve para trabajar con algo más de tranquilidad en la corrección de errores, y la búsqueda de intensidad y forma que pretende Gustavo Noto, como producto final de lo que muestre su equipo. Un cambio de energías y algo de confianza, no vienen nada mal para empezar a despegar del fondo de la tabla y respirar en la zona de promedios.
SINTESIS:
TALLERES 2
Ezequiel Cacace; Guillermo Santana, Ramiro Echeverría, Ariel Otermín y Mathías Crocco; Alan Mareco; Maximiliano Laso (62’ Nicolás Malvacio) y Marcos Aguirre; Agustín Graneros, Gustavo Fernández (73’ Agustín Gil Clarotti) y Maximiliano Badell (82’ Cristian Cóceres).
Suplentes: Lucas Zeiden, Juan Manuel Sánchez, Luciano Arcuri y Nicolás Ricci.
ALMIRANTE BROWN 1
Matías Giordano; Iván Centurión, Rodrigo Alonso, Brian Machuca y Blas García Montero (58’ Joaquín Ibáñez); Sebastián Carruega (45’ Tomás Molina), Marcos Brítez Ojeda, Guillermo Ocampo (66’ Brian Cáceres) y Diego García; Ezequiel Melillo y Sebastián Penco.
Suplentes: Manuel Peralta Salinas; Luis Arias, Leandro Guzmán y Cristian Canan.
DT: Blas Armando Giunta.
Goles: 20’ Maximiliano Badell y 56’ Gustavo Fernández (T).
Amonestados: Maximiliano Laso, Maximiliano Badell y Agustín Graneros (T); Blas García Montero, Brian Cáceres y Brian Machuca.
Estadio: Talleres (Buena).
Árbitro: Pablo Giménez (Mal).
Asistentes: Juan Pereira y Julio Verón. .
Público: 300 personas aproximadamente.
Recaudación: No fue suministrada.