Florencia Busquets, quien se formar como deportista en sus comienzos, en el Handball de Talleres, hoy es integrante del equipo Femenino de Vóley Argentino, y enarbola junto al resto de “Las Panteras”, el sueño olímpico. Florencia, quien se desarrolló deportivamente en su adolescencia compitiendo en el Handball Albirrojo y disfrutando en la pileta del Club, superó un cuadro complicado de salud el año pasado, y hoy se abraza al deporte de alto rendimiento en los Juegos Olímpicos de Río de Janerio. “Fue de alguna manera, mi comienzo en el deporte y parte de lo que me formó como deportista”, cuenta Flor a Frecuencia Albirroja en esta entrevista especial.*Por Gonzalo Busquets.
La Pantera de Escalada, vive la mejor experiencia que un deportista puede enfrentar.
Los éxitos se van construyendo escalón por escalón y toda historia tiene un principio. La de Florencia Busquets, una de Las Panteras que clasificaron por primera vez en la historia al Vóley Femenino de la Argentina a unos Juegos Olímpicos, tiene relación con el Club Atlético Talleres. Pero, por más raro que resulte, presenta una variación. Cuando Florencia vivía su niñez y parte de su adolescencia, ella era jugadora del Handball en la institución, al igual que su hermana Solange, unos años mayor. Además, ella y su familia fueron siempre habitúes en cada una de las temporadas de Pileta del Club.
Este presente que la oriunda de Remedios de Escalada atraviesa, no llegó sin haber padecido las malas, no mucho tiempo atrás. “Hace casi exactamente un año tenía el alta y muchas dudas. Estar acá es algo que, aunque no deje cicatrices, nunca voy a borrar de mí”, escribió Florencia Busquets en sus redes sociales, ni bien puso un pie en la Villa Olímpica, en Río de Janeiro. Es que en el 2015, Florencia sufrió, primero, una intoxicación estomacal severa; y pegado a esto, el colapso de un pulmón. Tras una operación y estar ausente en los Juegos Panamericanos de Toronto, recién pudo volver a su plenitud en el Preolímpico de Bariloche, en Enero pasado, donde la Selección Femenina logró el pase a Río 2016. Y, con una alegría que la desborda tras haber superado hace unas horas a Camerún (también la primera victoria olímpica en la historia) en el Maracanazinho, habló con Frecuencia Albirroja sobre su pasado Tallarín y sus sensaciones con la Celeste y Blanca del Vóley.
FA: ¿Cómo está la cabeza tuya y del equipo después de un par de días de competencia?
FB: La cabeza del equipo tiene una mezcla de sentimientos, por decirlo de alguna manera. Sabemos que estamos cada vez jugando mejor, y al mismo tiempo, sentimos que no nos alcanza, entonces es un poco complicado. No estamos conformes con algunos momentos de los Juegos, por ejemplo, el principio del partido con Corea, o el final del partido con Brasil. En ese sentido, tenemos claro lo que nos gusta y lo que no nos gusta hacer, y cual es la imagen que tenemos de nosotras. Tenemos momentos en que nos sentimos bien, y momentos en que nos sentimos mal. Pero igual estamos tranquilas; es el primer Juego, sabemos el nivel de los equipos. Cada uno de ellos viene con el objetivo de apuntar a lo más alto. Nosotras no es que nos tiremos a menos; el objetivo es distinto. Es lograr jugar nosotras; como hacemos por momentos; el tema es que nos gustaría hacerlo en la totalidad tiempo.
En lo personal, mi cabeza está tranquila. Las veces que me tocó entrar, sentí que entré bien, aporté al equipo, más allá de lo deportivo, un toque de energía. La verdad que me sentí muy bien, cuando me tocó entrar. Obviamente, que me gustaría jugar más, pero esto muy tranquila con lo que estoy haciendo, disfrutándolo personalmente.
FA: ¿Qué recuerdos se te viene n primero a la cabeza cuando se te menciona tu época de Handball en Talleres?
FB: Es un poco loco, porque de hecho en el mismo piso están las chicas de Handball, nos cruzamos todo el tiempo; con los chicos también; en las salas comunes, con argentinos. Está muy latente el Handball. El único deporte que tuve la posibilidad de ir a ver fue ese, y no lo dudé. Lo disfruto mucho. Es un recuerdo muy lindo. Fue de alguna manera, mi comienzo en el deporte y parte de lo que me formó como deportista. Trato de mantener ese contacto, y obviamente que me lleva a Talleres y también el recuerdo es muy lindo. Sé que la gente de Escalada nos sigue, por derivación, y todo suma.
FA: ¿La considerás clave esa etapa más allá que haya sido Handball y no Vóley, como para empezar a insertarte en el mundo del deporte?
FB: Sí, obvio. Fue una etapa clave. Deportivamente, hay gestos que se pueden transportar del Handball al Vóley, y eso me sumó en un principio, para adaptarme más rápido. Y después, en lo que es disciplina y formación como deportiva, fue importante haber arrancado de tan chica. Te genera encarar el trabajo de otra manera. Hay gente que no sabe cómo funciona el deporte, y quizás le cuesta un poco más. Fue más fácil adaptarme a la disciplina del Vóley.
FA: Explicá un poco como fue ese traspaso de un deporte a otro, también cómo describirías vos que fue cambiándote la cabeza con los años hasta poder estar con veintisiete años en un Juego Olímpico.
FB: El traspaso fue un poco gracioso, en algún punto. A mí me insistieron dos años, los profesores del colegio, para que jugara al Vóley, cuando me veían crecer. Y yo les decía que era jugadora de Handball, porque era la contra. Hasta que me resigné, y conseguí que una compañera del Colegio me acompañara a probarme. Ella debe haber durado dos o tres meses; y yo seguí. Un poco tiene que ver también el hecho mi desarrolló físico; yo crecí para arriba y por ahí para el Handball, es un poco complicado. Ese es un deporte muy de choque, y mi biotipo no me favorece demasiado. En cambio, para el Vóley, es el indicado.
Me fue cambiando la cabeza a lo largo de estos veintisiete años un montón. Una aprende, todo el tiempo. Aprendí principalmente mucho este último año. Tratar de disfrutar un poco más; siempre fui muy autoexigente, y este último año quizá me vi un poco relegada por cuestiones de salud, tuve que aprender a adaptarme y llevarlo desde otro lado. Hoy me toca ser suplente, y me siento muy feliz de estar acá aún en esa condición. Ante lo único que me importaba era estar en la cancha. Con los años una aprende, que puede dar, apartar, y no importa el costo. Creo que eso es fundamental, y te ayuda a madurar mucho. Y creo que hoy se nota en la cancha, que cada vez que entro, y cada vez que me toca, lo disfruto desde ese lado.
FA: ¿Cuánto tiempo fue que más o menos jugaste al Handball en Talleres? Habían ganado un par de torneos. ¿Te acordás de qué jugabas y qué es lo que más te gustaba?
FB: Jugué entre los ocho y los doce años. Jugaba generalmente, de lo que sería armadora izquierda o wing izquierda; o hasta he jugado de arquera. Al ser tan chica, era como que íbamos rotando, hasta que el equipo más o menos se fue armando. Y creo que eso fue lo que más me gustó. Éramos cuatro o cinco, que arrancamos juntas y terminamos juntas, cuando el Handball se disolvió en Talleres. Nos conocíamos de memoria, en un punto; y ahí, fue cuando empezamos a ganar de verdad. Arrancamos muy mal, porque éramos totalmente nuevas, y muy chiquitas. Y después terminamos conociéndonos de memoria, y ganándole a los equipos de primera. Teníamos un equipo muy lindo, en lo grupal. Creo que eso es lo que siempre queda. Inclusive con muchas de las chicas todavía tenemos contacto con las redes sociales, y eso está buenísimo. Algunas han llegado a Selección también. Creo que ese es lindo recuerdo que te queda; el proceso que hicimos como grupo y a donde habíamos llegado siendo tan chiquitas, que todavía lo hacíamos como un juego, pero también con el objetivo de ir mejorando y que a posterior, algunas llegaran a donde llegaron.
FA: Con respecto a lo que te pasó con la infección y después el pulmón, si tuvieses que desarrollar todo este último año, ¿qué dirías?
FB: Diría que fue un año complicado, más allá de la salud. Mentalmente. Fue una atrás de otra. Primero, fue la infección que me dejó afuera de Toronto, y fue un golpe para mí muy fuerte, porque yo había arrancado el año pensando en ese torneo, y quedar afuera tres días antes de viajar, fue durísimo. Tuve un par de días bastante difíciles, que se fueron pasando con la competencia, y pude disfrutar a mi manera, de ver a las chicas jugarla. Y después de eso, vino lo del pulmón, y ya fue en algún punto, resignación. Entrené, entre la infección y lo del pulmón, una semana nada más. Fueron prácticamente cuatro meses que estuve parada; complicada. Y más que nada, apuntando al Preolímpico que había en Enero, que era el torneo más importante. Quería estar. Y fue difícil porque una vuelve con muchos miedos, molestias; quieras o no, son varios músculos que se ven involucrados en la operación, más allá del pulmón. Fue complicado, perder los miedos de a poco, inclusive el día hoy todavía hay veces que tomo aire, respiro hondo y me fijo que todo esté bien. Con el tiempo, va pasando y empiezo a exigirme un poco más, porque sé que estoy bien, que ya pasó. El 2016 es otro año, y estoy tratando de disfrutarlo.